Fue solo un fracción de segundo. Sonó el teléfono, era un número 800 que había guardado de servicio al cliente para una de mis tarjetas de crédito, me pregunté si tal vez había algo malo pasando y contesté el teléfono. Al otro lado había una voz llamándome por mi nombre, usando el nombre del departamento de fraude de la institución financiera que decía que alguien estaba haciendo compras fraudulentas usando mi tarjeta. ¿¿¿Qué???
Mi corazón se aceleró y mi vida financiera entera brilló ante mis propios ojos. Me imaginaba todo el dinero gastado en Best Buy y la tienda de Apple, la molestia de tener que lidiar con la compañía de tarjeta de crédito y todos esos innumerables minutos en espera, explicándome una y otra vez. En otras palabras, una pesadilla. Entonces algo sucedió.
La voz del otro lado dijo: “Señor Coro, solo necesitamos que verifique algunos detalles para acceder a su cuenta”.
Ahí fue cuando supe. Después de todas las innumerables entrevistas de radio y televisión hablando de estafas telefónicas y en línea, creo que estaba lo suficientemente entrenado y eso se hizo cargo de mi juicio a pesar de que mi adrenalina estaba en plena marcha. De repente, me di cuenta de por qué estas cosas realmente funcionan. Una cosa es cuando alguien te llama y trata de usar un poco de ingeniería social para obtener algo de ti y otra es que choque tus sentidos y luego use el efecto de desorientación para hacerte caer.
Inmediatamente reaccioné y le pregunté: “¿No me estás llamando tú? ¿No tienes esa información?”
El hombre insistió: “De todos modos, debemos verificar la información, de lo contrario, tendremos que bloquear su cuenta”.
“Bien”, dije. “Hazlo, llamaré para desbloquearlo”.
Ellos colgaron. Inmediatamente levanté el teléfono, llamé a la compañía en cuestión y ¿adivinen qué? Nada. Mi cuenta estaba bien y no había alertas de ningún tipo sobre ella. Los estafadores usaban un truco común que es que en una línea de Voz sobre IP y con el uso de algunas aplicaciones, puedes hacer como que estás llamando desde cualquier número. Si la identificación de llamadas o caller ID está activada, incluso le dirá el nombre de la institución a la que están fingiendo originar la llamada, por lo que muchas personas son engañadas y caen en la trampa.
Recordemos que recientemente, más de 140 millones de registros fueron robados de Equifax y esa información se puede comprar fácilmente en el Internet. Si eres un estafador, puedes obtener algunos cientos o miles de registros, comenzar a marcar como si estuvieras en un trabajo legítimo de ventas de tele-mercadeo, la única diferencia es que las identidades y líneas de crédito de las personas son mucho más rentables.
El consejo es simple. No confíe en la identificación de llamadas o caller ID, no confíe en nadie que lo llame desde cualquier lugar y solicite información personal como su fecha de nacimiento, dirección de su casa, número de pasaporte o licencia, etc. Cuelga cortésmente, llama a la institución por tu propia cuenta y verifica lo que está sucediendo.
Sí, sé que es una molestia pequeña, pero no se compara con la molestia grande de que te roben tu identidad y el tratar entonces de recuperarla. Confía en mí, esa llamada vale la pena la espera.