Si las redes sociales hubieran existido desde el principio de la humanidad, tendríamos perfiles digitales con selfies de los faraones egipcios, tweets de Galileo y quoras respondidas por Newton. También tendríamos potencialmente más de cien mil millones de perfiles fantasmas, de personas que ya no están con nosotros.
Desde el principio del mundo, se estima que han existido más personas que las que habitan el planeta en este momento. Es normal, es parte del ciclo de la vida pero a diferencia de estas generaciones de antaño, las personas vivas hoy en día dejan marcadas sus huellas digitales y no me refiero a las de sus dedos, esta impresión existe en el mundo cibernético desde perfiles de Facebook y Twitter hasta cuentas de Instagram, YouTube y mucho más. ¿Que hacemos con estos perfiles de personas que ya no están con nosotros?
Facebook tiene un procedimiento en el cual “memorizan” una cuenta de una persona fallecida. Después que las cuentas están en este estado, no permiten a más nadie entrar en ella y no dejan que se modifiquen de ninguna manera. Según la configuración de seguridad de la persona fallecida, sus amistades pueden ver sus fotos y publicaciones como cuando fueron compartidas públicamente. Estos perfiles tampoco aparecen en las búsquedas o como sugerencias de amistades. Curiosamente, Facebook no permite crear una nueva cuenta de perfil común en memoria de la persona fallecida pero permiten crear una página o grupo.
Twitter, por su lado, tiene un proceso para desactivar la cuenta de un usuario difunto. Interesantemente este procedimiento en una compañía de alta tecnología es conducido por correos de USPS y fax. Twitter advierte que no provee acceso a una cuenta de otra persona sin importar su relación a ella.
Guardar la memoria de nuestros seres queridos electrónicamente es un problema relativamente nuevo. Por eso recomiendo hacer esta planificación en el mismo momento que se hacen los testamentos. Password Box y Dashlane son aplicaciones de manejo de contraseñas que tienen una configuración para herederos. De esta manera, se podrían acceder las cuentas de tu ser querido para bajar lo que necesites de ellas y crear tus propios archivos electrónicos sin depender de las redes sociales y sus burocracias como se han encontrado muchas personas en este terrible momento.
Recientemente, un muchacho de 16 años descubrió algo increíble en un juego de carreras de autos de Xbox. Cuando tenía cuatro años, jugaba ese juego con su papá que falleció solo dos años después. Diez años más tarde, el muchacho se dio cuenta que un auto fantasma competía con el y le era difícil ganarle. Resulta que ese era el mejor juego que había jugado su papá que quedó grabado en el videojuego por todos esos años. Un día, el muchacho logró alcanzarle al fantasma de su papá y se percató que si le pasaba, esta proyección de su padre desaparecería para siempre. El muchacho frenó junto antes de llegar a la meta y el fantasma en la máquina de su papá se quedo listo para competir en su próximo juego.
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